miércoles, 9 de febrero de 2011

Una mamá de 'raca mandaca'




Por Victoria Sofía Wilches
Fotos Emilio Yidi

Paola alcázar es la Gerente de comunicaciones y Directora de la Fundación Electricaribe, además, sus alumnos de pregrado de la Universidad del Norte la describen, no sólo como una profesional exitosa, sino también como una ‘mamacita’.
Lo cierto es que desde hace doce años Paola conoció el verdadero significado de la palabra madre con la llegada de su primogénito, Mateo. Con Mateo. Paola descubrió que ser madre es algo extraordinario, y encontró la mejor medicina para el cansancio, el estrés, y una fuente de alegría y felicidad inagotable.
Sin embargo, asegura que la experiencia más dura y el reto más grande como mamá lo asumió hace cuatro años con la llegada de su segundo hijo, Samuel. Cuenta Paola que el embarazo de Samy, como le dicen de cariño, fue maravilloso y entre otras cosas muy deseado. El momento del parto no fue diferente, pero una vez tuvo a Samuel en sus brazos el sexto sentido, que tienen todas las madres, se despertó en ella automáticamente, algo no estaba bien con su bebé y ella lo sabía.
Según Paola Samy al nacer era un niño sano y hermoso, pero notó que él no abría los ojos. Al día siguiente, al recibir el alta, Paola de inmediato le comunicó su inquietud al pediatra, Hernando Vaquero, pero él, conociendo su estado quiso tranquilizarla y le dijo que debía esperar una semana más.
En ese momento la intranquilidad se apoderó de ella, e ignorando las recomendaciones del pediatra, corrió a dónde la especialista Marcela Ibañez , y esta nuevamente le dijo que debía tranquilizarse un poco. Esa misma tarde el pediatra fue a visitarla , para por fin decirle que, su hijo Samy, había nacido con un problema de visión baja extrema.
Conmovida al recordar el momento, con la voz quebrada y lagrimas que se asomaban por sus ojos, Paola asegura: “Ese día di el grito más grande y el llanto más doloroso que ha podido salir de mis entrañas. Fue, quizás, el momento más duro de mi vida”.
Así fue como emprendió el reto más grande al que había tenido que presentarse, mantener a su familia fuerte, buscar una solución para la dificultad de su hijo y responder por sus compromisos profesionales.
Desde entonces ha recorrido muchos países en busca de una solución para su hijo. Agradece a su esposo, a Mateo, a su familia , y amigos el apoyo incondicional, y a Dios, el proporcionarle los medios para poder hacerlo.
 Paola asegura que sus hijos les heredaron el gusto por la música y la escritura.
“Cuando supe lo de Samy corrí a la primera iglesia que encontré y lo puse en manos de la virgen, porque ella más que nadie sabe lo que es sufrir por un hijo”, agregó Paola, y añade que desde ese momento todas las noticias médicas que han recibido se han convertido en un aliento y un impulso para seguir adelante.
Sin embargo, la vida también le ha sonreído muchas veces a esta barranquillera, sobre todo en el ámbito profesional dónde ha podido destacarse como periodista, presentadora, profesora y ejecutiva.
Desde hace un mes la puerta de las oportunidades se abrió nuevamente, y desde hace una semana Paola está en Ciudad de México desempeñándose como la Gerente de Comunicaciones de la sede de Gas Natural-Fenosa en el país azteca.
Esta mamá 10 asegura de que esta no va a ser sólo una gran oportunidad para ella, sino también para su familia, y cuenta que así como cuando debió abandonar dos trabajos muy bien remunerados en Bogotá para venir a trabajar a Barranquilla para que sus hijos tuvieran una infancia feliz, su esposo, el también periodista y economista, Alberto Martínez, la ha apoyado e incentivado para que sus pequeños puedan formarse como ciudadanos del mundo.
“Alberto no sólo es un gran padre, también es un gran esposo y mi gran amigo. Me conoció cuando estaba aprendiendo a volar, y nunca me ha cortado las alas; siempre me da impulso para volar más alto” añadió.
Dentro de los planeas a futuro de Paola están escribir un libro y regresar a Barranquilla para terminar de construir su casa frente al mar.
Tal como quiso darle la oportunidad a sus hijos de crecer como costeños, así como ella y Alberto, asegura que desea envejecer en curramba, disfrutando de la brisa, el sol, el calor y el color de la ciudad y su gente, ver cómo se vive desde la tranquilidad de una hamaca o una ‘pechichona’.
Es esta la experiencia de vida que permite destacar a Paola Alcázar no solo como una profesional barranquillera exitosa y excelente, sino también como una mamá, como ella dice, “de raca mandaca”. GC

Mamá, amiga y confidente
Esta mamá 10 dice que además de su esposo, su hijo mayor, Mateo, se ha convertido en uno de los pilares de su vida, porque además de tener un vínculo familiar muy fuerte, son amigos y confidentes. ”Mateo me ayuda y se entrega por completo a su hermano, juegan juntos, lo cuida, se involucra en los tratamientos. A pesar de la diferencia de edad, son ‘compinches’, hermanos del alma” puntualiza la orgullosa madre.   

                     

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